lunes, septiembre 04, 2006

Poema XXXVI

Un corazón batiente
en medio de la Noche
derrama sangre hirviente
sobre la nieve

Arriba arden las estrellas
como corazones-antorchas
titilando en cada palpitar;
un río rojo se filtra
desde el valle
en su cauce el carmesí de la sangre
fluye bajando hacia el mar

Los espíritus vuelan silenciosos
en alas de ángeles.
Los corazones, como rosas
caen sobre los tallos espinosos
y se abren heridas
de las que brotan palabras;
cantos de sangre
que los ángeles llevarán.

Las rosas se iluminan
sangrando entre pétalos
dejando, de los latidos,
nacer el titilar;
y mientras cantan palabras
la sangre hecha espíritu
las llena de nueva vida
nuevos espíritus recorriendo
los salones del corazón.

¡Oh, la nieve, la nieve mortal,
blanca, fría, silenciosa cae
sobre los corazones agitada
en remolinos por el viento
que lleva los espíritus perdidos
hace tiempo
de aquí para allá!

Y algunas llegan al bosque
y a las sombras
y se hacen lobos
en las oscuridad
cantando a la Luna,
su suerte y su pena
un lánguido canto en verdad.

Montañas feroces
se ciernen en torno
y cierran el valle
en su aparente soledad
donde brilla la Luna
y las estrellas son soles.

Del valle un río
de sangre y de nieve
Del bosque un aullido
de negro y de azul
Corazones atascados
en troncos encerrados
encerrados y tristes
en su propia sangre, ahogados
prestos a morir.

Llorando su soledad
solos, solos, muertos creen estar
olvidando que están
dentro del tronco
y la noche que se extiende
fuera de allí
está plagada de estrellas
que titilan sin cesar.

¡Oh, latidos, latidos en soledad
oh latidos que me venís a buscar!
¡Oh, sangre derramada por doquier
sin ninguna abertura encontrar!

De súbito un hechizo
como un dardo mágico
llevando un peñasco
destrozando la corteza
atravesando la oscuridad.
Hundiéndose en la sangre
y haciendola estallar,
salpica por doquier,
rosas miles de las gotas nacerán.

Pues, ¿quién ha lanzado el hechizo?
¿Quién ha roto la prisión?
El más bello corazón
del que he oído los latidos
y he sentido con pazión
sus espíritus envolverme
confortarme y devolverle
la sangre estanca
...a mi Canción.