sábado, marzo 31, 2007

Poesía XLII - Agartha

Matame y dejáme llorar
No veo que vayas a venir
me mentiste una vez más
y yo te lo voy a seguir perdonando

No puedo vivir en tu ausencia
no es una frase de dicha
no es una frase romántica
es una maldita traición

Carece de sentido seguir el viaje
cuando el único destino que deseo
tiene sus puertas firmemente cerradas
y golpeo una y otra vez
¿Me traiciona la falta de esperanza
en que la puerta se abra?

Ciudad prohibida, tierra del Lama
yurtas salvajes que rechazás
donde camino yo, sucio y maloliente
desdichado envuelto en viento
que barre otra nada.

Sé que en la cima de la montaña sagrada
se oye un canto de una voz conocida
se oyen lamentos bellísimos
y suben a oirlos las almas más dulces
a disfrutar la pasión de los caídos
la belleza de la tristeza
y de mis versos...

Sabéis que abiertas las puertas
el manantial se multiplicará
y aún así temiendo que se seque
exprimís sus últimas gotas.
Otras fuentes mantienen el estanque
otros ríos alimentan mi caudal
y te seguiré esperando
ciudad bella
ciudad de sabios
de alegría
de compañía.

Únete una vez a mí
sufre el destierro, yo te acogeré
te enseñaré las dulzuras del desierto
y serás mi amada en noches de hielo
mi calor te librará del cristal fatal.

(susurro)
Otra vez susurro
otra vez lo insinúo
otra vez oirás como si no oyeras
sabes de donde proviene mi voz
te complacerás en oirla
cayendo en cascada sobre tu colina
para que las muchachas lloren su tristeza...

Te amo Esperanza
tras las puertas cerradas...