Poema XXVII
Ven y acaricia mi rostro
ven y te daré sombra con mis labios
caricias de sangre con mis manos.
Ven y te acompañaré hast el amanecer
por todo el frío que vimos y compartimos
Te abrazaré y (lo sabes) no te soltaré
me uniré a ti y no me separaré
mientras te admiro y en tu amor te amo
Te suplicaré perdón con lágrimas cálidas
por ser débil e indigno de tu alma
amada mía, susurro mi llanto.
Soy demasiado dichoso a tu lado
de saberme pura y dignamente amado.
¡Ven aquí, y aunque estés viniendo
aunque el camino sea breve de recorrerlo
aunque poca distancia nos separe
yo hacia tí estoy ya corriendo!
ven y te daré sombra con mis labios
caricias de sangre con mis manos.
Ven y te acompañaré hast el amanecer
por todo el frío que vimos y compartimos
Te abrazaré y (lo sabes) no te soltaré
me uniré a ti y no me separaré
mientras te admiro y en tu amor te amo
Te suplicaré perdón con lágrimas cálidas
por ser débil e indigno de tu alma
amada mía, susurro mi llanto.
Soy demasiado dichoso a tu lado
de saberme pura y dignamente amado.
¡Ven aquí, y aunque estés viniendo
aunque el camino sea breve de recorrerlo
aunque poca distancia nos separe
yo hacia tí estoy ya corriendo!
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