viernes, febrero 24, 2006

In the Raven's Cave

"Open the door... they're just locked in."

Plumas y alas negras como el carbón brotan de la caverna donde intentaba entrar. Hay pilares de piedras, montañas de minerales, estalactitas de feldespato y mica: grutas de granito.
Los cuervos cavernosos, cegadores sin ojos, víctimas de una profundidad infame. ¿Hacen noche o son de ella vástagos, brotes?

Arrancan las espigas cultivadas con amor, arrancan la sangre del sembrador. Yo entro igual, pues este es mi lugar: este es mi destierro, entre los cegadores, en la perpetua oscuridad en que mis ojos serán vanos, vanidad de luces lejanas.
Soles sepultados tras una ruda roca que sella adentro la maldad, y protege los valles del peligroso más allá, del inestable mar.

¿Soy un espántapájaros, un muñeco de estopa, aserrín y paño? Es que los cuervos se posan en mis alas, y no hacen daño a mis brazos con sus garras, ni prueban en mi piel la punta de sus picos. Me acompañan, guías siniestros, por su secreta caverna, y salimos al aire de la noche sempiterna. Y me ven alejarme más allá, hacia levante, donde el sol silencioso empieza a asomarse. Y verán mi estampa caminando, extraño engendro con cuervos en los brazos, eterno muerto de cuencas llenas.

Nunca sabrán qué es lo que encontré entrando en la Cueva del Cuervo. Las miles de maravillas me las mantengo en secreto, en silencio...

¡Adios! Marcho hacia el aura, hacia la limpia luz que anuncia ahora el amanecer.