sábado, julio 09, 2005

Poema XIII

Quiero evocar su recuerdo
y en lo demás acallar mi mente.
No recordar mis temores
ni menos aún mis errores.
No pensar en si sus palabras
me dan esperanza o me dejan ilusión
Si es lo que es, entonces ha de venir
sólo se que no lo sé aún yo.

¡Ven recuerdo dulce!
Supera el tormento de mortal
el tormento de lo ansiado y lo esperado
lo deseado más que una vida
lo único que podría cerrar la herida
y que de faltar, la agigantaría.
¡Ven aún!, no sé si esperanza
no se puede vivir de ella,
ven aquí, fantasma de dulzura
y acompañame solo una noche de ilusión
la realidad mostrará la verdad
la oscuridad que yace perenne tras su velo
y no me quedará defensa ¡ninguna!

Cuando me anime, todo acaba;
esperanza, fé, ilusión y vida
la mia no lo vale, la mía es vacía,
sólo con ella la desearía.

De verla muero, no por verla
sino por temer dejar de tenerla
de temer que mi esperanza
se ría de mi y me deje desnudo
en el mundo que es oscuridad y agujas
peñascos traidores para el viajero ciego
Y por eso el amor lo ilumina en su mente
haciendo que crea ver donde no hay luz
mucho más fuerte será la risa del malvado
cuando el inocente encuentre la piedra.

Si llega a no estar, si tal vez es verdad
que la valga, que me quiera
¡temo no estar, de tanto sufrir, preparado siquiera!
¡Que dulce muerte! ¡Cómo la ansío!
Morir solo de saber que ella... ío.