domingo, diciembre 10, 2006

Poema XXXVIII

¡Ay, quiero salir de mi!
Maldita prisión de mi cuerpo
atrapado para siempre
dolor frio, frio eterno.

Si pudiera hacer de mi poesía
de mi poema mi naturaleza
otra vez sin velos la belleza
otra vez sin fin el sentimiento

No digo nada de lo que sé
no sé nada y todo lo miento
¡¡¡Y cómo ansío gritar verdades
con ellas en el alma vaciarme!!!

Desgárrame, desgárrame amada
sin falsía, sin dolor engañoso
sin suavidad, sin telas, sin velos
invierno en tus manos heladas

Los copos de nieve no supuran las heridas
- los gusanos hacen parecer que la abertura
ha cicatrizado con premura -
y sin embargo infectas mis ansias
no alimentan ni un instante mi alma!

¡¡Dolor, ven a mi!! Ay instante
esquivo en que creí sentirte
pasión contenida sin amor
desesperación de por temor, ¡evadirte!

Miedo cruel, malicia sempiterna
¡Ay palabras dulces de los coros
llantos de los coros en mis caminos
en mis panes, en mi vino
nada ha quedado de alimento!

Y yo soy pura contradicción
¡Desgarrado! Quiero correr enteron para un lado
y no hay lado, no hay nada
espíritu
sin creación sin alma.
Un alud de palabras, de sentires
¡Retocede el dique!
Vedlo caer ante la fuerza de las aguas
abalanzándose
unas sobre otras
abriendo las grietas
aumentando
las grietas
¡¡sisi, cae!! no dejes nada
sufro, sufro de dolor
¡¡Y eso es ni más ni menos que
lo que quiero!!

Se apaga, se extingue como una vela
ante un viento demasiado frío.

Pero la luz que he visto arder, oh
nadie la hará retroceder...